Estas fijaciones se colocan en los maxilares mediante una pequeña cirugía con anestesia local y asistida con láser que es totalmente indolora.
A estas raíces artificiales se les coloca una vez se ha formado hueso a su alrededor una corona o un puente con lo que se logra restablecer la función masticatoria y la estética.
Los implantes pueden sustituir a solo un diente, a varios dientes o a una arcada completa.
Según el caso el paciente puede salir con los dientes colocados el mismo día de poner los implantes o a las 24 horas siguientes.
En otros casos los implantes se dejan “durmiendo” en el hueso por algún tiempo sin colocar sobre ellos las prótesis lo que permite que se forme hueso a su alrededor.
Antes de colocar los dientes sobre los implantes se mide su estabilidad con un aparato que se llama Ostell, el cual nos dice si el implante esta a punto para recibir los dientes o se debe esperar.
En ocasiones, cuando existe poco hueso se debe regenerar este con técnicas diversas y luego colocar los implantes.
El porcentaje de éxitos es muy elevado pudiendo disfrutar durante muchísimos años de estos dientes artificiales , e incluso en muchos casos de por vida.